En el día de hoy queremos analizar una interesante noticia publicada en eldiario.es en la que se analiza la manera de clasificar popularmente a las drogas en «duras o blandas» a través de un estudio del The American Journal of Drug and Alcohol Abuse.
Multitud de investigadores han expuesto su visión acerca de cual es la clasificación «correcta» de englobarlas. Existen varias, por ejemplo, la clasificación según la procedencia (de origen natural, sintético o semi-sintético), según la legalidad de venta y distribución o según el impacto social y sanitario que produce.
Hoy en día, aún sigue existiendo una clasificación «popular» que induce a error y de manera indirecta, fomenta que las personas resten importancia a las consecuencias del consumo de ciertas sustancias. Las drogas consideradas «duras», en teoría, producen un mayor impacto social y sanitario, ya que la peligrosidad de su consumo a corto plazo es mayor (cocaína, heroína, lsd, etc…). Al contrario, las drogas consideradas «blandas» son sustancias aceptadas socialmente, que son percibidas como menos perjudiciales y/o son legales (alcohol, tabaco y cannabis).
Según el estudio, publicado en The American Journal of Drug and Alcohol Abuse, a pesar de conocer los efectos a corto y largo plazo de cada sustancia, muchos autores siguen utilizando esta clasificación popular para tratar el fenómeno de las drogas. En este estudio se analizaron 132 artículos científicos publicados entre los años 2011 y 2015, de los que más del 93% utilizó el término «droga dura» (color rojo) para referirse a diversas sustancias, mientras que un 33% empleó el término «droga blanda» (color verde).
La mayoría de los estudios analizados señalan al alcohol y al tabaco como droga blanda, si nos paramos a analizar los costes humanos y sanitarios de todas sustancias, alcohol y tabaco estarían en el «podio».
Desde Proyecto Hombre Granada creemos en la importancia del lenguaje, por ello, aplicamos de manera rigurosa en todos nuestros programas e intervenciones un lenguaje claro y sencillo que haga posible una transmisión de la información lo más veraz y actualizada posible.
A modo de conclusión podemos señalar que es realmente difícil establecer un criterio único para clasificar las drogas, pero si que podemos destacar dos cosas:
1º Que esta clasificación popular es completamente errónea, ya que reduce la percepción de riesgo del consumo de alcohol, tabaco y cannabis.
2º Que hasta la fecha la forma más correcta de clasificarlas es según el efecto que produce sobre el Sistema Nervioso Central (estimulantes, depresores, alucinógenos etc…), teniendo en cuenta siempre, que por ejemplo, una sustancia que en origen es depresora puede ser alterada para producir otros efectos.
Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/drogas-alcohol-ciencia_0_662484609.html